Con la finalidad de contribuir al empoderamiento social y económico de mujeres en situación de riesgo y supervivientes a la explotación sexual comercial, la Fundación Munasim Kullakita (FMK) con el apoyo de Educo está desarrollando una serie de talleres de capacitación técnica en producción de textiles y alimentos.
Los talleres, junto con otros componentes, fueron concebidos como mecanismos que ayudarán al surgimiento de emprendimientos productivos y certificaciones en formación técnica, los que se herramienta generadora de oportunidades para la subsistencia digna de las participantes, ya sea a través del autoempleo o insertándose dentro del mercado laboral.
Otras vías para salir adelante
Si bien los talleres son la vía ideal para apoyar a las jóvenes a dar los primeros pasos para generar ingresos propios y alcanzar su independencia, también se instauraron otras tres «modalidades de egreso», como ser: reinserción familiar (la cual se realizaba cuando la casuística lo permitía, a familias nucleares, ampliadas o sustitutas), inserción laboral (trabajo en redes, sustentado por la firma de acuerdos con empresas públicas y privadas para la inserción laboral de jóvenes egresada) y programa intermedio entre la institucionalización (hogar de acogida) y la independencia, a través del Programa “Tilata” (llamado así por la zona donde se encuentra), mismo que cuenta con viviendas multifamiliares -habitadas por mujeres, con autonomía, pero aún con apoyo de FMK-, así como los talleres productivos y otros espacios que componen el programa.
El proyecto se desarrolla con la financiación del Ayuntamiento de Barcelona, en la ciudad de El Alto – Bolivia. Está orientado al empoderamiento social y económico de titulares de derechos (mujeres en situación de riesgo: situación de calle, captadas por pandillas, provenientes de hogares de acogida y supervivientes a la explotación sexual comercial).
Modelo por seguir
El programa Tilata se ha convertido en una experiencia modelo, donde jóvenes mujeres supervivientes a la explotación sexual comercial tienen la oportunidad de habitar un lugar seguro, donde además pueden trabajar, formarse, participar de los diferentes talleres de capacitación que ofrece FMK y recibir apoyo psicológico y social de manera transversal a todos los programas y actividades cotidianas como el cuidar de sus hijos, estudiar y tener empleos externos. La «Casa de la Ternura», centro de operaciones de este programa, se constituye en un espacio idóneo para la implementación de talleres productivos debido a que la misma ha sido construida justamente con esa finalidad, pero hasta antes de la ejecución del proyecto estaba como espacios sin uso, cuya única finalidad era el almacenamiento de material de construcción sobrante.
En el marco del proyecto, se logró equipar los mencionados talleres, adquiriendo maquinaria, mobiliario, utillaje e insumos para la implementación de estos, los cuales han iniciado operaciones en mayo, bajo dos modalidades: formación regular realizada por personal de proyecto (dos educadores, una del área de textiles y otro del área de gastronomía); y formación especializada, a cargo de facilitadoras externas especializadas, en temáticas específicas dentro de los dos rubros ya mencionados.
Se espera que, a futuro, estos talleres multipliquen exponencialmente los resultados obtenidos hasta el momento, esto en materia de ingresos que ayudarán al empoderamiento económico de las participantes, coadyuvarán a la sostenibilidad del programa y permitirán apoyar a un número mayor de adolescentes, una vez el proyecto haya concluido.
